Me siento como una pregunta sin respuesta, como un
poeta ante el avismo. Me abruman tus miradas y no saber si me quieres. Sería sencillo agarrarte por la espalda y besarte en el cuello lentamente, sin pensarlo. Sin embargo, sabes que con un gesto, una mirada o una pregunta podrías matarme de un soplido. Como quien quiere y no puede, como quien puede y no quiere.
Así somos tú y yo.

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